1984

La profecía de George Orwell, publicada en 1948, se ha cumplido plenamente por vía electrónica: Big Brother is watching us. 



Sólo que el Hermano Mayor que nos vigila a todos, no es ninguno de los dos sistemas políticos que Orwell cuestionaba y temía, con razón: el nazismo y el stalinismo. El verdadero Hermano Mayor se proclama democrático y se fotografía al pie del monumento a Lincoln mientras escruta de manera ilegal hasta "el más oscuro rincón de la Tierra". 


WikiLeaks acaba de confirmarlo -de manera espectacular- en un comunicado de prensa, donde anuncia la publicación de miles de archivos ultrasecretos de la CIA, bajo el código Vault 7 (Bóveda 7). Solamente la primera tanda, denominada "Year Zero", contiene 8.761 (ocho mil setecientos sesenta y un) documentos de una red ultrasecreta ubicada en el corazón de Langley y ocupada en convertir en micrófonos, grabadores y cámaras, a teléfonos fijos y móviles y aparatos de televisión inteligentes.

Según Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, que permanece asilado en la embajada de Ecuador en Londres, la nueva revelación de su organización "es excepcional desde una perspectiva política, jurídica y penal".

La fuente de este material invaluable es, por supuesto, un antiguo hacker de la propia CIA, quien reveló que hay un profundo malestar entre muchos de los cinco mil "piratas informáticos" que la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos emplea para espiar a propios y ajenos.

Una de las causas del malestar tiene que ver, precisamente, con el espionaje que la CIA ejecuta sobre los propios ciudadanos norteamericanos; una actividad prohibida por la ley.




En el comunicado que difundió por las redes sociales, WikiLeaks sostuvo que las nuevas tecnologías del espionaje afectan a productos de diversas empresas europeas y estadounidenses, como el IPhone de Apple, el Android de Google y los televisores Samsung, para citar los ejemplos más relevantes.

WikiLeaks también reveló que las nuevas técnicas de intercepción le permiten al espionaje norteamericano saltar por arriba del cifrado de WhatsApp, Signal, Telegram, Confide y Cloackman La mejor prueba de que el destape es muy trascendente y dio en el blanco, es que la CIA, salió a "desmentir" a WikiLeaks, en un comunicado oficial que indirectamente confirma la magnitud y justicia del destape. La Agencia sostuvo que su misión es "colectar inteligencia foránea de manera agresiva para proteger a Estados Unidos de los terroristas".

Como era obvio la CIA admitió que tiene expresamente prohibido realizar espionaje "doméstico", pero WikiLeaks replicó que "La Compañía" ha espiado "cientos de miles de objetivos y máquinas en América Latina, Europa y Estados Unidos".

La gigantesca filtración se debió a que el archivo ultrasecreto fue distribuido, de manera no autorizada entre contratistas y hackers.

Como era de esperar, el gobierno de Donald Trump reaccionó de manera furibunda contra este nuevo destape que no solo reveló el malware de la CIA, sino algo aún más siniestro que el simple espionaje: la posibilidad de infiltrarse en sistemas de control de automóviles y camiones para producir asesinatos practicamente indetectables.




El Hermano Mayor nos vigila con creciente perversidad, pero no deja de ser alentador que aún haya ciudadanos estadounidenses -como Snowden o el que le suministró esta data impresionante a WikiLeaks- que se juegan literalmente la vida para denunciar que el proclamado "sueño americano" se parece cada vez más a la pesadilla orwelliana de 1984.

Miguel Bonasso 


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